La selva peruana es una de las zonas más ricas y complejas del planeta, con una superficie de más de 782 mil km² que alberga el 60% de la biodiversidad del país y el 10% de la mundial. Además, es el hogar de más de 300 mil personas pertenecientes a 65 pueblos indígenas, que conservan sus lenguas, costumbres y saberes ancestrales.
Sin embargo, la selva peruana también es una región con muchos retos y problemas para el desarrollo, especialmente en el ámbito de la construcción. Algunos de estos desafíos son:
- La falta de infraestructura vial y de servicios básicos, que dificulta el acceso y el transporte de materiales, equipos y personal.
- El clima tropical húmedo y lluvioso, que genera altas temperaturas, humedad y precipitaciones, lo que afecta a la durabilidad y el confort de las edificaciones.
- La presencia de plagas, enfermedades y desastres naturales, como insectos, hongos, termitas, malaria, dengue, inundaciones y deslizamientos, que ponen en riesgo la salud y la seguridad de los habitantes y los constructores.
- El impacto ambiental y social de la deforestación, la contaminación y la pérdida de biodiversidad y cultura, que se produce por la explotación indiscriminada de los recursos naturales y la imposición de modelos de construcción ajenos a la realidad local.
Ante este panorama, ¿cómo se puede construir en la selva peruana de forma sostenible y eficiente? A continuación, te damos algunas recomendaciones:
- Utilizar materiales locales y renovables, como la madera, el bambú, la caña, la paja, la arcilla, la piedra y las fibras vegetales, que se adaptan mejor al clima y al entorno, y que reducen los costos y la huella ecológica de la construcción.
- Aprovechar los conocimientos y las técnicas tradicionales de los pueblos indígenas, que han desarrollado formas de construir armoniosas con la naturaleza y resistentes a las condiciones climáticas y geográficas, como las malocas, las tambochas, las chullpas y las quinchas.
- Incorporar criterios de diseño bioclimático y de eficiencia energética, que permitan optimizar el uso de la luz, el aire y el agua, y mejorar el confort térmico, acústico y lumínico de las edificaciones, como la orientación, la ventilación, la aislación, la cubierta vegetal y el aprovechamiento de las energías renovables.
- Promover la participación y la capacitación de las comunidades locales, que son las principales beneficiarias y usuarias de las obras, y que pueden aportar su mano de obra, su experiencia y su identidad cultural, generando un sentido de pertenencia y de responsabilidad social.
Construir en la selva peruana es un desafío, pero también una oportunidad para crear espacios habitables, funcionales y sostenibles, que respeten y valoren la riqueza natural y cultural de esta región, y que contribuyan a mejorar la calidad de vida de sus habitantes.