La selva del Perú es una de las regiones más biodiversas y ricas en recursos naturales del mundo, pero también una de las más vulnerables al cambio climático y a la deforestación. Por eso, es importante que el sector construcción e inmobiliario tome conciencia de la necesidad de proteger el medio ambiente y de adaptarse a las condiciones climáticas y culturales de la zona.
La construcción sostenible es una tendencia que busca reducir el impacto ambiental de las edificaciones y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Para ello, se basa en tres principios: eficiencia energética, uso de materiales ecológicos y respeto al entorno.
El uso de materiales ecológicos implica elegir aquellos que sean de origen natural, reciclado o reciclable, que tengan una larga vida útil y que no generen residuos tóxicos. Algunos ejemplos son la madera, el bambú, la paja, el adobe, la piedra y el vidrio. Estos materiales además de ser más económicos y duraderos, aportan calidez y confort a los espacios.
El respeto al entorno significa integrar las edificaciones al paisaje natural y cultural de la selva, respetando su biodiversidad, su identidad y sus tradiciones. Para ello, se debe tener en cuenta la orientación, la ventilación, la iluminación, el aislamiento, el diseño y la funcionalidad de las construcciones, buscando armonizar con el clima y la cultura de la zona.
En la selva del Perú, existen algunos proyectos que se están desarrollando o se planean desarrollar con criterios de construcción sostenible, como el [Eco Truly Park], el [Centro de Innovación Amazónica], el [Hotel Inkaterra Reserva Amazónica] y el [Proyecto Selva Sostenible]. Estos proyectos son ejemplos de cómo se puede construir de forma responsable y creativa, aprovechando los recursos naturales y respetando la diversidad de la selva.
La construcción sostenible en la selva es una oportunidad para impulsar el desarrollo económico y social de la región, al mismo tiempo que se preserva el medio ambiente y se mejora la calidad de vida de las personas. Es una tendencia que requiere de la participación y el compromiso de todos los actores involucrados: el sector público, el sector privado, la academia, la sociedad civil y las comunidades locales. Solo así se podrá lograr una construcción sostenible en la selva que sea viable, rentable y beneficiosa para todos.